Al tener el pie completamente plano contra el suelo, se obtendrá más percepción del espacio. Más consciencia sobre el cuerpo y tu postura, ayudando al equilibrio y a la estabilidad.
La sensibilidad y propiocepción que sienten los pies cuando van descalzos o con calzado respetuoso ayuda a tener un mejor desarrollo neuromuscular, intelectual y también social. Los niños que llevan calzado respetuoso tienen una actitud más participativa, se sienten más motivados y relajados.
Al tener libre movimiento, los músculos que utilizamos al caminar se moverán con total libertad y naturalidad. Esto hará que sus músculos se fortalezcan y se desarrollen de la forma más natural posible, como si fuesen descalzos.
Durante los primeros años de vida, es por los pies donde nuestros hijos experimentarán el mundo que les rodea. Caminar descalzo o con calzado respetuoso regala un sano desarrollo psicomotor, proporciona más control del espacio, mejora la postura corporal y activa el sistema nervioso.
Es muy importante que el calzado respete la forma natural del pie ya que hasta los 15-16 años los pies siguen creciendo y formándose. Nacen con los pie llenos de zonas de cartílago que se osificarán con el crecimiento. Un pie blando que necesita un calzado que respete su forma para que pueda crecer de la forma más sana y natural.
El libre movimiento les regala experimentar el mundo sin límites, perfeccionando las posturas y sus habilidades, desarrollar el equilibrio y otras capacidades como la visión y la coordinación. Los ingredientes para un buen desarrollo psicomotor, un mejor autoconocimiento de su cuerpo y del espacio que les rodea.
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